Me compartieron un artículo que habla de la cultura organizacional, con un título muy sugerente: How We Created a Thriving Culture by Measuring Data, Not Beer. Hay muchas empresas que creen que cuidar la cultura de la organización pasa por comprar una mesa de ping-pong o un futbolito, o por hacer afters con mucha cerveza. Y si bien nosotros tenemos mesa de ping-pong, y hacemos afters y fiestas donde hay para comer y tomar, los aspectos más importantes pasan por otros lados. Realmente muy recomendado el artículo, en donde muestra cómo “midieron la cultura”, que por más que suene raro eso de medir, está bien interesante todo lo que relevaron.
Prestarle atención a estos aspectos cuesta tiempo, pienso, plata y esfuerzo. Creo que el siguiente párrafo (que lo tomé de este artículo que mencioné) resume el por qué es interesante invertir todo eso en cuidar la cultura de nuestros equipos:
The great side effect of creating a thriving work culture is that when a person feels valued at work, they carry that home. This in turn benefits their families and communities. Communities where people like our clients may also just happen to live. That’s a lot like the bottom line coming full circle.
